DIVERSIDAD BIOLOGICA
Por "biodiversidad" o "diversidad biológica" se entiende la variabilidad de la vida en todas sus formas, niveles y combinaciones. No es la simple suma de todas los ecosistemas, especies y material genético. Por el contrario, representa la variabilidad dentro y entre ellos. Es, por lo tanto, un atributo de la vida, a diferencia de los "recursos biológicos", que son los componentes bióticos tangibles de los ecosistemas.
La "diversidad biológica" se describe convenientemente, pero no exclusivamente, en términos de tres niveles conceptuales:
- Diversidad de ecosistemas: la variedad y frecuencia de los diferentes ecosistemas.
- Diversidad de especies: la frecuencia y diversidad de las diferentes especies.
- Diversidad genética: la frecuencia y diversidad de los diferentes genes y/o genomas. En la definición de la diversidad biológica, la diversidad genética está incluida en la frase "diversidad dentro de cada especie. Incluye las variaciones tanto dentro de una población como entre poblaciones.
Este concepto amplio de biodiversidad o diversidad biológica es el que se encuentra en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, por lo que no sólo es relevante desde el punto de vista científico, sino jurídico, ya que deberá ser tenido en cuenta en la aplicación del Convenio en cada país signatario y en el Derecho Internacional.
Para casi cualquier biólogo, ecólogo, especialista en recursos naturales, o ampliamente, naturalista, preguntarse por la importancia de la diversidad biológica es casi una pregunta de perogrullo, tanto que quizás el agregado del término "económico" desvirtúe la pregunta, o al menos la acote o resigne. La actual conformación de nuestro planeta, en la mayor parte de su superficie, es fruto de algunos miles de millones de años de coevolución de nuestro entorno físico con todas las formas de vida. Desde la propia atmósfera, cuya composición cambió radicalmente con la presencia organismos capaces de realizar la fotosíntesis y de "inyectar" como parte de ese proceso oxígeno molecular a la atmósfera, hasta la presencia del "suelo", esa capa que va desde algunos centímetros a varios metros, que es mucho más que una estructura estéril, sino que se conforma con la interacción de múltiples formas de vida y su medio inerte, permitiendo así surgir el sustrato que dará nutrición a las plantas terrestres, hasta los diversos "biomas" o grandes unidades paisajísticas como los bosques, llanuras herbáceas y arrecifes de coral, han dependido para llegar a su actual estado y estructura, de la presencia de múltiples formas de vida a lo largo de todo ese tiempo.
El ser humano, es parte y resultado de esa compleja red, y como tal, depende de su permanencia como sostén de su propia existencia, y también, aún no estando en juego ésta, para una mejor, o peor, en su caso, de provocar su degradación, calidad de vida.
Es difícil percatarse, desde el punto de vista aún "meramente" cualitativo, de la importancia de la diversidad biológica, biodiversidad o de la vida por usar un término más comprensivo, en nuestras vidas.
Casi obviamente, nuestros alimentos, y no tan obviamente, nuestras vestimentas, y aún menos obviamente, muchos de las medicinas que nos curan tienes su origen en esa biodiversidad (en algunos casos podríamos decir "son" esa biodiversidad).
Desde los propios comienzos de sus orígenes como especie, y aún luego del surgimiento de la cultura, el hombre dependió de su entorno para su supervivencia.
Primero como cazador recolector, en forma inevitable debió tener, tal como se observa en las llamadas "culturas primitivas" existentes aún hoy día, tales como los bosquimanos de Sudáfrica, los nativos australianos y algunas tribus amazónicas, que en parte conservan su cultura y medios de vida ancestrales, un maravilloso conocimiento de las plantas y animales que les rodeaban, como cazarlos o recolectarlos, el utilizar cada una de sus partes, sobre sus ciclos de vida, comportamiento, etc.
Más adelante, hace aproximadamente unos 10.000 años, en el comienzo del período neolítico, comenzó a domesticar algunas especies vegetales y animales, y lo largo de miles de años de un proceso de selección artificial, se fueron conformando las primeras especies domésticas, tanto vegetales como animales, en diversas zonas del mundo, desde donde el propio ser humanos, en sus migraciones, las fue llevando hacia otras regiones, a veces muy alejadas.
Así, entre las especies domésticas más conocidas, en medio oriente se originaron el trigo, la cebada, el centeno, la oveja, las cabras, etc; en extremo oriente el arroz, en América del Sur la papa, el tomate y los pimientos, en América Central el maíz y el cacao, etc.
Pensemos en la importancia que han cobrado estas especies hoy día a escala mundial para la alimentación de toda la humanidad, y que hasta hace pocos centenares de años eran desconocidas en gran parte del mundo fuera de lugar de origen donde se las cultivaba, y nos daremos cuenta de la importancia de la diversidad, en este tanto genética como específica. Así, la papa, el tomate y maíz, recién se conocieron en Europa y el resto del mundo luego de los primeros viajes de Colón, por poner una fecha redonda, luego del 1.500.
Justamente hacia esa fecha, asistimos a una gran expansión de la civilización europea, gracias a una serie de técnicas que la coadyuvaron, tanto al nivel de la navegación como de la metalurgia, etc. Fueron los "siglos de los descubrimientos", cuando la civilización europea alcanzó América, circunnavegó África, y llegó hasta Asia, Australia y las islas del Pacífico Sur.
Innumerables y desconocidas formas de vida de estos continentes fueron llevadas hasta Europa, cuna de nuestra actual civilización occidental, algunas como meras curiosidades científicas, o para deleite del "gran público"; otras, más o menos rápido, alcanzaron pronto una gran importancia, sea como cultivadas o criadas en Europa, como sucedió prontamente con la papa y el maíz, o exportadas desde sus sitios de origen, como muchas especias, frutos tropicales y pieles preciosas.
Asistimos, con la colonización europea de América, Africa, parte de Asia y Australia (la propia Europa, y el este de Asia tenían complejas civilizaciones ya desde muy antaño, que perduraron a lo largo del tiempo, dándoles una particular fisonomía cultural, paisajística y ecosistémica, ya que estas civilizaciones interactuaron con la naturaleza durante miles de años, produciendo cambios profundos, pero más en forma más vale progresiva y pausada) a una rápida degradación y transformación de los paisajes originales. Por ejemplo, Estados Unidos de Norteamérica, perdió el 90% de su masa boscosa en menos de trescientos años.
Así, asistimos a un fenómeno, que reconoció dos tendencias, por así expresarlo, antagónicas: por un lado, la civilización europea en expansión, incorporó una gran cantidad de formas de vida para su aprovechamiento, tanto alimenticio, como en forma de remedios, y aún ornamentales, como muchas plantas, o de mascotas, diversas especies de animales, pero en forma simultánea, en su expansión, degradó y aniquiló grandes unidades paisajísticas, o ecosistémicas, con sus especies (incluyendo innumerables culturas).
Recién en el siglo XX, con el nacimiento de la ecología como ciencia, y el desarrollo de otras, tales como la genética, la taxonomía, la biología molecular, etc, el hombre "civilizado" de ese siglo (junto con algunas excepciones en el siglo anterior), comenzó a tomar noción del tesoro natural que estaba haciendo desaparecer.
Hoy día, existe una cabal conciencia, al menos desde el punto de vista científico, del inmenso valor de la diversidad como fuente de una mejor calidad de vida, por expresar su importancia de un modo omnicomprensivo.
Se asiste, paradójicamente, a nivel de especies ya domesticadas, a una gran "erosión genética", vale decir a la pérdida de innumerables variedades, razas, subespecies, etc, adaptadas a distintos climas y condiciones de existencia, que son reemplazadas por pocas formas de esa especie consideradas "más productivas", claro, bajo ciertas y especiales condiciones.
Por otro lado, la diversidad biológica "silvestre", se ve grandemente reducida día a día, más que por la pérdida de especies determinadas por su explotación por ser útiles comercialmente (aunque sí ocurre e importa) o por ser perjudiciales para alguna actividad humana (las llamadas "plagas"), debido a la pérdida de grandes áreas de diversos ecosistemas por diferentes motivos (caso de la selva amazónica, por la deforestación para obtención de madera, la expansión de la frontera agropecuaria, etc).
A la par de este proceso, en pos de nuevas especies útiles para la medicina, producción de alimentos, etc., se está llevando a cabo por múltiples empresas privadas y organismos gubernamentales en todo el mundo, una tarea de recolección y análisis de la biodiversidad, sobre todo a nivel específico, llamada "bioprospección", que nos enfrenta a nivel internacional con complejos mecanismos jurídicos de regulación, control y aprovechamiento de sus beneficios.
Esta actividad, hoy día, encierra un inmenso potencial (ya es realidad económica) en cifras enormes.
Su regulación normativa a nivel internacional y sus repercusiones económicas, sociales y culturales, y algunos de los conflictos planteados en cuanto a la misma, son el eje de este seminario.
RECURSOS NATURALES
tras actividades productivas también pueden afectar los
recursos naturales. Este es el caso de las
industrias que vierten sus desechos tóxicos en los ríos cercanos, lo que provoca
la muerte de los
peces, dañando de esta manera un
recurso que es
el agua y perjudicando otra actividad productiva como la
pesca.
Los recursos naturales se dividen en:
- Renovables
- No renovables
- inagotables
Los Recursos Naturales Renovables.
Los recursos naturales renovables son aquellos que, con los
cuidados adecuados, pueden mantenerse e incluso aumentar. Los principales recursos renovables son las
plantas y los
animales. A su vez las plantas y los
animales dependen
para su subsistencia de otros recursos renovables que son el
agua y el
suelo.
Aunque es
muy abundante el
agua, no es recurso
permanente dado que se contamina con facilidad. Una vez contaminada es muy difícil que el agua pueda recuperar su pureza.
El agua también se puede explotar en forma irresponsable. Por ejemplo, el Mar Aral, que se encuentra en
Asia, entre las republicas de Kazajstán y Uzbekistán, se esta secando debido a que las aguas de dos de los ríos que lo alimentaban fueron desviadas para regar cultivos de
algodón. Hoy en
día el Mar Aral tiene menos de la mitad de su tamaño
original, y los barcos de los pescadores, están varados en sus antiguas orillas.
El suelo también necesita cuidados. Hay cultivos, como el trigo, que lo agotan y le hacen perder su fertilidad. Por ello, es necesario alternar estos cultivos con otros para
renovar los elementos nutrientes de
la tierra,
por ejemplo con leguminosas como el fríjol. En las laderas es necesario construir terrazas, bordos o zanjas para detener la
erosión.
En la
edad media, en
Europa, se utilizo el
sistema de rotación de cultivos cada año, de tal forma que un
campo nunca se sembraba lo mismo, durante dos años seguidos. Cada tres años los terrenos descansaban y servían
solo para proporcionar pastura.
Los
recursos naturales no renovables.
Los recursos naturales no renovables son aquellos que existen en cantidades determinadas y al ser sobreexplotados se pueden acabar. El
petróleo, por ejemplo, tardo millones de años en formarse en las profundidades de la
tierra, y una vez que se utiliza ya no se puede recuperar. Si se sigue extrayendo
petróleo del subsuelo al
ritmo que se hace en la
actualidad, existe el
riesgo de que se acabe en algunos años.
La
mejor conducta ante los recursos naturales no renovables es usarlos los menos posible, solo utilizarlos para lo que sea realmente necesario, y tratar de reemplazarlos con recursos renovables o inagotables.
Por ejemplo en
Brasil,
gran productor de caña de
azúcar, se han modificado los
motores de los automóviles, para que funcionen con
alcohol de caña de azúcar en
lugar de gasolina. Este
alcohol por ser un
producto vegetal, es un recurso renovable.
Los principales recursos naturales no renovables
Los principales recursos naturales no renovables son:
- los minerales
- los metales
- el petróleo
- el gas natural
- depósitos de aguas subterráneas.
Minerales, hasta no hace
mucho, se prestaba poca
atención a la conservación de los recursos
minerales, porque se suponía había lo suficiente para varios siglos y que nada podía hacerse para protegerlos,
ahora se sabe que esto es profundamente erróneo, Cloud ha practicado
inventarios de las
reservas y ha examinado las perspectivas e introducido dos
consejos que resultan útiles para apreciar la situación. El
primero el cociente demográfico, el
segundo el
modelo gráfico de las curvas de vaciamiento.
A medida que el cociente de la
población baja, lo hace también la
calidad de la
vida moderna; y ahora baja a una
velocidad espantosa, porque los recursos disponibles no pueden
hacer mas que bajar ( o acabaran por hacerlo) a medida que aumenta el
consumo. Aun si los recursos naturales disponibles pudieran mantenerse constantes por nurva circulación y otros
medios; aun así la situación empeoraría si la población, y especialmente el
consumo per capita, aumenta a una
velocidad rápida.
Metales: se distribuyen por el mundo en forma irregular, por ejemplo existen
países que tienen mucha
plata y
poco tungsteno, en otros hay gran cantidad de
hierro, pero no tienen
cobre, es común que los
metales sean transportados a grandes distancias, desde donde se extraen hasta los
lugares que son utilizados para fabricar
productos, en
mayor o menor medida todos los países deben
comprar los
metales, que no se encuentran en su territorio, los mayores compravadores son los países desarrollados por los requerimientos de su
industria.
El petróleo es un recurso natural indispensable en el mundo
moderno. En
primer lugar el petróleo es actualmente energético mas
importante del
planeta. La gasolina y el disel se elaboran a partir del petróleo. Estos combustibles son las
fuentes de
energía de la mayoría de las industrias y los
transportes, y también se utilizan para producir
electricidad en plantas
llamadas termoeléctricas. Por otra parte son necesarios como
materia prima para elaborar
productos como
pinturas,
plásticos, medicinas o pinturas.
Al
igual que en el caso de otros minerales, la extracción de petróleo es una actividad
económica primaria. Su transformación en otros productos es una actividad económica secundaria.
Hay yacimientos de petróleo, en varias zonas del planeta. Lo mas importantes se encuentran en
china, Arabia saudita,
Irak,
México, nigeria, noruega,
Rusia y
Venezuela.
El
gas natural, es una capa que se encuentra
sobre el petróleo, y es aplicable en la
industria y en los hogares, para
cocinar.
Los yacimientos de petróleo
casi siempre llevan asociados una cierta cantidad de
gas natural, que sale a la superficie junto con él
cuando se perfora un
pozo. Sin embargo, hay pozos que proporcionan solamente gas natural.
Éste contiene elementos orgánicos importantes como materias primas para la industria petrolera y
química. Antes de emplear el gas natural como combustible se extraen los
hidrocarburos más pesados, como el butano y el propano. El gas que queda, el llamado gas seco, se distribuye a usuarios domésticos e industriales como combustible. Este gas,
libre de butano y propano, también se encuentra en la
naturaleza. Está compuesto por los hidrocarburos más ligeros,
metano y etano, y también se emplea para fabricar plásticos, fármacos y tintes.
2. Los recursos naturales inagotables.
Los recursos naturales permanentes o inagotables, son aquellos que no se agotan, sin importar la cantidad de actividades productivas que el ser
humano realice con ellos, como por ejemplo: la
luz solar, la energía de las olas, del
mar y del viento.
El
desierto del Sahara, por ejemplo constituye un sitio adecuado para
aprovechar la energía solar.
Algunos recursos naturales inagotables:
La
luz solar y el
aire.
La luz solar, es una
fuente de energía inagotable, que hasta nuestros
días ha sido desperdiciada, puesto que no se ha sabido aprovechar, esta podría sustituir a los combustibles fósiles como productores de energía
.
Transformación natural de la energía solar
La recogida natural de energía solar se produce en la
atmósfera, los océanos y las plantas de la Tierra. Las interacciones de la energía del Sol, los océanos y la atmósfera, por ejemplo, producen vientos, utilizados durante siglos para hacer girar los molinos. Los
sistemas modernos de energía eólica utilizan hélices fuertes, ligeras, resistentes a la intemperie y con
diseño aerodinámico que, cuando se unen a generadores, producen electricidad para usos
locales y especializados o para alimentar la
red eléctrica de una región o
comunidad.
Casi el 30% de la
energía solar que alcanza el borde exterior de la atmósfera se consume en el
ciclo del agua, que produce la lluvia y la energía potencial de las
corrientes de
montaña y de los ríos. La energía que generan estas aguas en
movimiento al pasar por las turbinas modernas se
llama energía hidroeléctrica. Véase también Presa; Meteorología; Suministro de agua.
Gracias al
proceso de
fotosíntesis, la energía solar contribuye al crecimiento de la vida vegetal (biomasa) que, junto con la
madera y los combustibles fósiles que desde el punto de vista geológico derivan de plantas antiguas, puede ser utilizada como combustible. Otros combustibles como el alcohol y el metano también pueden extraerse de la biomasa.
Asimismo, los océanos representan un tipo natural de recogida de energía solar. Como
resultado de su absorción por los océanos y por las corrientes oceánicas, se producen gradientes de
temperatura. En algunos lugares, estas variaciones verticales alcanzan 20 °C en distancias de algunos cientos de metros. Cuando hay grandes
masas a distintas temperaturas, los
principios termodinámicos predicen que se puede
crear un ciclo generador de energía que extrae energía de la
masa con mayor temperatura y transferir una cantidad a la masa con temperatura menor (véase
Termodinámica). La diferencia entre estas
energías se manifiesta como energía
mecánica (para mover una turbina, por ejemplo), que puede conectarse a un generador, para producir electricidad. Estos sistemas,
llamados sistemas de conversión de energía térmica oceánica (CETO), requieren enormes intercambiadores de energía y otros aparatos en el océano para producir potencias del orden de megavatios. Véase también Océanos y oceanografía.
La
fuerza del aire, es otro recurso natural inagotable, que tampoco ha sido muy utilizado en nuestro dias, en Holanda, por ejemplo se utiliza la
fuerza del aire, para mover los molinos.